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Diecisieteava ley: Ley de Liderazgo
- 6 de octubre de 2023
- Posted by: KA EduSoft
- Category: Habilidades blandas
“Haz por los demás lo que quisieras que hagan por ti sin pedir nada a cambio ni esperar ningún tipo de retribución.”
Un enunciado paradójico, y además parece ir en contra de lo que he explicado antes en este libro, de dar sin esperar nada a cambio. Lo que esta ley explica es que, si quieres impresionar a una persona, entonces déjate impresionar por ella. Si quieres que una persona te ame, entonces ámala de corazón. Si quieres que una persona te escuche, entonces escúchala tú. Si quieres que una persona te reconozca entonces reconócela tú. Es más de lo que ya hablé: dar a otros lo que esperas tener para ti. Sé tu la fuente de lo que quieres obtener en la vida.
De forma indirecta tú estarás brindando energía a las personas, dándoles lo que necesitan a través de ti, y por tanto lo estarás generando para ti mismo/a. Si te dejas impresionar por una persona entonces estás generando el sentimiento de impresión para dárselo. Si amas a una persona entonces necesitas sentir amor para dárselo. Si escuchas a una persona entonces le estás dando la posibilidad de que luego te escuche para que le expliques lo que piensas de todo lo que ha dicho. Si reconoces a una persona entonces sientes el reconocimiento y ella te reconocerá porque tú la has reconocido, valga la redundancia. Cuando das sin esperar nada a cambio, y sobre todo cuando das lo que tú necesitas para ti mismo/a, entonces literalmente lo estás creando para ti y comienza a manifestarse en tu vida a través de los demás. Esto funciona tan bien que es casi mágico, pero responde más bien a una cuestión psico-social. Las personas vamos por la vida queriendo reconocimiento y amor, y solemos respetar e idolatrar a aquellas personas que nos lo dan. Esto no quiere decir que te conviertas en el sirviente de todo el mundo. Simplemente da aquello que sientes que quieres dar. No esperes nada a cambio y todo llegará. En el momento en que te pongas a cobrarle a alguien por lo que hiciste generarás el sentimiento de carencia en ti mismo/a, y el sentimiento de deuda en el otro. Resultado: pobreza en todos los sentidos. Eso daña las relaciones. Si no cobras entonces no estarás vibrando en la carencia ni harás vibrar al otro en esa frecuencia.
Una de las premisas básicas del liderazgo, la cual se amplía y trabaja muchísimo en los cursos sobre el tema, es hacer que los demás se sientan como un millón de dólares. Haz sentir a los demás como personas super importantes. Destaca de ellos todo lo que quieres que tengan, las cosas buenas, y evita resaltar lo malo a menos que puedas hacerlo de forma positiva. Dales a los demás una reputación que tengan que mantener, y en general ellos harán lo posible por mantenerla. Una forma de lograr resaltar defectos en los demás, pero por el sentido positivo es este: imagina que una persona ha sido egoísta y realmente te ha molestado. No le digas “Qué egoísta eres”. Sencillamente dile “Estoy seguro/a de que puedes ser mucho más generoso. Tengo fe en ti.” De este modo le harás vibrar alto y casi olvidar su egoísmo. No cambiará de un día para el otro, tendrás que repetir eso una y otra vez, quizá mil veces (lo digo enserio), hasta que veas el resultado en la persona. Esto funciona muy bien con los/las hijos/as. Así evitas la crítica destructiva y generas crítica constructiva. Utiliza el Efecto Pigmalión.
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La Tercera Ley – Ley de Causa y Efecto o Ley de la Siembra y la Cosecha, aplicará aquí. Cosecharás de los demás lo que has sembrado en ellos. Y si siembras buena semilla les ayudarás a ser mejores personas y ellos a su vez lo harán con otros y contigo mismo/a. Finalmente, ten presente la siguiente técnica: reconoce a los demás en público y, si tienes que llamarles la atención o reprenderlos por algo (como a tus hijos, por ejemplo, o tus empleados), hazlo en privado. Va de nuevo:
Elogia en público y reprende en privado.
En caso de tener que discutir con alguien, hazlo en paz, con tranquilidad. Cuando la otra persona dice algo ambiguo o sugiere con sarcasmo, no reacciones. En vez de eso di: “¿Qué quieres decir con eso?”. Obligarás al/la otro a ser claro/a, a hablar en concreto, y por tanto te evitarás enojarte por algo que se entendió mal o que se “quiso decir y no se dijo”. En PNL esto se conoce como metamodelo.
Liderar tu vida es equivalente a liderarte a ti mismo/a tanto como sea posible, y para ello necesitas superar a tu EGO, a los juicios de valor que haces a otras personas y, por encima de todo, liberarte de las expectativas que tienes sobre los demás, ya que mientras las tengas estarás otorgando poder a otras personas sobre tu propia vida y tu felicidad. Cuando haces algo por alguien y esperas algún tipo de retribución a cambio, ya sea un simple GRACIAS, algo de RECONOCIMIENTO o ACEPTACIÓN, incluso cuando esperas que alguien haga algo por ti en San Valentín o en tu cumpleaños, resulta que TODO se trata de ti y no de la otra persona. Anota cuáles son las expectativas que tienes sobre los demás e inicia un trabajo profundo en ellas.
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