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Tercera Revelación – Todo es energía
- 12 de febrero de 2024
- Posted by: KA EduSoft
- Category: Habilidades blandas
“Empieza a conectarte con la energía que envuelve a las cosas. Con práctica, aprenderás a ver el aura alrededor de los seres vivos y aprenderás a proyectar tu propia energía para entregar fuerza.”
James Redfield
Todo es energía. Ese es el principio con el cual opera la energía nuclear, y es así como tú mismo/a tienes vida. Cada cosa que existe es simplemente energía en algún estado. Comienza a comer más sano, intoxicarte menos, meditar más, trabajar tus emociones y tener, tanto como sea posible, un estado de ánimo positivo.
La importancia de instruirse
En la primera revelación trabajamos el principio de sincronicidad, la voluntad ciega y la renuncia a los deseos para comenzar a liberarnos, a ser seres más independientes y a ejercer mejor nuestro libre albedrío. Pero esto no es algo que se logre así como así, es algo que requiere entrenamiento, por lo que siempre estamos invitándote a realizar los cursos que te permitirán desarrollar estas habilidades e integrarlas a tu personalidad (puedes verlos aquí). Realmente son muy asequibles para todo el mundo.
Y aquí ya tenemos presente un primer problema, que es el hecho de que las personas no quieren instruirse, no quieren estudiar ni aprender, solo quieren tips y soluciones sencillas a problemas complejos. ¿Cuáles son los canales de YouTube que tienen más éxito? Pues lo de entretenimiento, de hecho a los canales educativos les cuesta mucho crecer, porque no es donde está el mayor foco de interés. Es importante entonces que tengas en cuenta que, por más que nuestros videos son extremadamente profundos (cercanos a los 60 minutos, cosa que YouTube no premia muy bien), y que estos artículos también lo son (en esencia contienen lo mismo que está en los videos), no resulta suficiente para generar cambios estructurales.
La profundidad con la que trabajamos aquí es importante, y te permite realmente aprender y estudiar mucho, pero los cambios estructurales requieren un paso más, necesitan ir más allá, asumir la verdadera responsabilidad de afrontar el cambio y ejercer las acciones pertinentes. Sigue consumiendo este contenido, pero no te quedes solo con él. Toma cursos buenos, cursos reales, entrenamientos que garanticen cambios. Eso es lo que nosotros te ofrecemos, pero hay mucha más oferta por ahí, oferta muy buena, de calidad. Con esta información y el aprendizaje que te damos con este contenido podrás decidir de modo mucho más consciente qué cursos y entrenamientos valen la pena, y cuáles no.
No desestimes este consejo, es importante. Invierte en tu crecimiento, asume la responsabilidad y cambia, mejora, evoluciona, transfórmate y avanza.
La importancia de ser consciente
Acabo de mencionar la importancia de instruirse, de aprender y entrenarse. ¿Para qué? Pues no solo para generar cambios estructurales que te permitan tener habilidades reales sostenibles en el tiempo, sino para ampliar tu nivel de consciencia, porque los seres humanos decidimos más basándonos en percepciones que en información. Por eso es más fácil tomar decisiones según sus efectos a corto plazo que ver las cosas a largo plazo. Veamos un poco esto en detalle.
Tú, yo, todos nosotros estamos compuestos por miles de millones de células, que son seres vivos, cada una de ellas es un ser independiente (y a la vez interdependiente al ser parte de un sistema), pero ni tú ni yo percibimos esto. Sabemos esto, pero no lo percibimos, no nos consta en nuestra experiencia y por tanto actuamos como si fuésemos una cosa entera. Yo me percibo como un ser único, como un ente, como algo completo y entero, entonces, aunque es verdad que estoy compuesto de células, en la práctica no me aporta nada saberlo, si no soy consciente de esa realidad. Saber algo y ser consciente de algo son dos cosas muy diferentes. Si yo fuera consciente de que toda esa energía y de que, por ejemplo, estoy compuesto de miles de millones de células, entonces le voy a prestar atención a cada cosa que consumo porque sé que estoy dañando mis células, porque sé que si fumo (por ejemplo) estoy dañando mis neuronas, o si bebo alcohol, o lo que sea. Pero no lo percibimos así.
No te estoy invitando a que te vuelvas super sano y sea todo salud en tu vida, sino que te estoy invitando a que todos tengamos la mayor conciencia posible y sepamos que en cada decisión que tomamos hay consecuencias, consecuencias que de pronto no vamos a ver hoy, ni mañana ni dentro de 5 años, porque (por ejemplo) la persona que fuma no tiene los efectos adversos de fumar inmediatamente, sino que éstos se desarrollan a lo largo del tiempo, entonces como en el momento el fumador no percibo los efectos adversos no percibe como dañina o peligrosa la acción. Dado que, como ya dije, los humanos decidimos en base a lo que percibimos y no a lo que sabemos (no somos conscientes) la persona seguirá fumando, o bebiendo alcohol, o comiendo mucha azúcar, o mirando pantallas en exceso, etc. Esto nos lleva a una de las premisas básicas de la neurolingüística:
“Todo acto, por destructivo que sea, para la persona que lo ejerce, tiene una intención positiva”.
Si yo fumo, aunque me estoy metiendo veneno voluntariamente en el cuerpo, hay una intención positiva detrás, que puede ser por ejemplo bajar la ansiedad. Lo mismo sí trabajo demasiado, si bebo alcohol, si consumo muchas redes sociales, si como de forma insana, etc., es decir, que hacemos tiene una intensión positiva en el corto plazo, en la inmediatez, y por eso lo hacemos. Además esa intención positiva (lidiar con la ansiedad, afrontar el miedo, evadir un problema, etc.) es más importante para la mente inconsciente que los efectos adversos de tal acción, dado que, justamente, no percibimos esos efectos adversos, solos los “positivos”.
Ser consciente es actuar sabiendo lo que se está haciendo y cuáles son sus consecuencias a pesar de que éstas no sean perceptibles ahora, ni dentro de 10 años o 20, pero que sí existen y que las estamos generando. Entonces vamos a empezar a ver ahora cómo podemos aplicar esto desde el punto de vista de la inteligencia emocional y la terapia cognitivo-conductual, cómo podemos integrar esto a nuestras vidas cotidianas. El hecho de que toda esa energía y de que todo el tiempo estamos en constante cambio y movimiento es una de las claves. La idea principal está en empezar a aplicar pequeños actos, pequeños cambios. Esto apunta el método kaizen.
El asunto está en que si tú no trabajas en desarrollar esa consciencia plena de todo lo que está ocurriendo en ti y a tu alrededor no lograrás cambios, ni mejoras, ni nada, solo seguirás a merced de tu voluntad ciega, y por ende serás esclavo de ti mismo, maleable por el entorno y presa del contexto.
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¿Qué es la emoción?
Este contenido es sacado directamente del curso de Inteligencia Emocional, el cual te invito encarecidamente a realizar (puedes verlo aquí). En esta oportunidad veremos la clase que desarrolla el concepto de emoción y cómo nos afecta en la vida cotidiana. A partir de este entendimiento podrás accionar desde un lugar mucho más consciente y adaptativo a tus circunstancias.
Daniel Goleman, uno de los padres de la Inteligencia Emocional, define emoción de la siguiente manera:
“La emoción refiere al sentimiento y a los pensamientos, los estados biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencias a la acción que lo caracterizan”.
Vamos a entender a fondo qué significa esto. En primer lugar Goleman vincula a la emoción con el sentimiento en el cuerpo, lo que sentís en tu organismo. Toda emoción, como puede ser enojo, tristeza, sufrimiento, alegría, la que se te ocurra, tiene vínculos con una o más partes del cuerpo. Si yo te pregunto ahora ¿Dónde sentís el enojo, en qué parte de tu cuerpo? Hacé la prueba, cerrá los ojos y recordá algún momento de enojo ¿En qué parte del cuerpo se siente? La mayor parte de la gente indica el pecho como zona de activación para el enojo, pero hay personas que en terapia me han dicho que lo sienten en las manos (un enojo pronto para la acción, para la agresión), e incluso hubo alguien que me dijo que lo sentía en la nariz (le quedaba roja como de payaso). Llevemos esto más lejos ¿Dónde sentís la vergüenza? ¿Y la angustia, la tristeza, la alegría?
Así pues una emoción refiere a una sensación o sentimiento en el cuerpo, un sentimiento psicológico y los pensamientos que lo subyacen, porque cuando uno siente una emoción automáticamente genera pensamientos acorde a emoción. Si yo me enojo con alguien automáticamente empiezo a generar pensamientos que se vinculan con ese enojo y que además lo justifican y lo retroalimentan (hacen que el enojo crezca). Por ejemplo, si yo me enojo con mi pareja porque no me apoyas en algo que yo quería hacer, automáticamente ya me empiezo a acordar de todas las otras veces en que no me apoyo y comienzo a pensar en que es un/a desgraciado/a que nunca me apoya en nada. Es como el chiste del crike o gato hidráulico:
“Un señor iba por una ruta lejos de cualquier pueblo, como se suele decir, en el medio de la nada. De pronto pincha un neumático, pero no tenía consigo un gato hidráulico para poder quitar la rueda y poner la auxiliar. Mira a lo lejos y ve una pequeña cabaña, así que se le ocurre ir a pedir prestada la herramienta a quién viviera allí. Mientras caminaba iba pensando: “No creo que me presten algo, las personas del campo son desconfiadas de los extraños”; continuaba caminando rumiando en su mente “Seguro me van a decir que no tienen”, “No creo ni que me abran la puerta”, “Estos campesinos desconfiados”, “Me van a cerrar la puerta en la cara”. Cuando por fin llega al lugar, golpea la puerta y le abren, el señor se limita a decir: ¡¡¡Métase el gato en el trasero!!!”
Lo que este chiste viene a representar es como nuestra capacidad de “hacernos la cabeza” o sobrepensar las cosas genera estados internos (emociones, sensaciones, pensamientos, percepciones) que nos predisponen a actuar de cierto modo y a decidir de cierta manera. Aunque este ejemplo es una exageración, seguramente tú podrás recordar mil situaciones donde tú o alguien más actuó de modo similar al personaje de este cuento. El pensamiento va unido a la emoción porque la retroalimenta, la hace más grande, y esta genera un nuevo pensamiento, causando un círculo vicioso donde el resultado solo puede ser desastroso. Esto conlleva además un estado biológico que se proyecta al cuerpo, inclusive a nivel químico: si me enojo genero cortisol, si me emociono genero oxitocina y otras sustancias (hormonas) en el cuerpo; también se acelera el pulso, se dilatan los vasos sanguíneos, se tensan ciertos músculos, etc. El cuerpo realmente se ve afectado por nuestras emociones constantes. Así que emoción es el sentimiento de los pensamientos, el estado psicológico y la tendencia a la acción que suscita.
Las hormonas que segregamos en sangre tardarán en ser limpiadas, lo cual estresará al hígado, a los riñones y otros sistemas que se encargan de ello, además de que el exceso de ciertas sustancias químicas dañará a células y órganos. Una emoción entonces no es solo una cuestión mental, hay química detrás, por lo que cambiar el estado de ánimo no es una tarea de pura voluntad, sino que hay que entender los mecanismos que operan detrás. Por eso a veces necesitamos tiempo para salirnos del enojo, la tristeza o emociones incómodas fuertes. Las emociones placenteras no son tan problemáticas porque en general no causan problemas ni conflictos en las relaciones.
Mapas emocionales: investigación Nummenmaa
Vayamos un paso más allá y comprendamos aún más en profundidad qué implicancia tienen los estados emocionales en nuestro cuerpo. Te presentaré aquí la investigación del mapa de las emociones dirigida por el investigador Lauri Nummenmaa y publicada en la revista científica PNAS (haz clic aquí para ver el artículo completo si lo deseas). En esta investigación, Nummenmaa y su equipo evaluaron la activación e inhibición de las áreas del cuerpo según el estado anímico de las personas:
En sus propias palabras dice lo siguiente:
“Las emociones coordinan nuestro comportamiento y estados fisiológicos durante eventos de supervivencia e interacciones placenteras. Aunque a menudo somos conscientes de nuestro estado emocional actual, como la ira o la felicidad, los mecanismos que dan lugar a estas sensaciones subjetivas han quedado sin resolver. (…) diferentes estados emocionales están asociados con sensaciones corporales topográficamente distintas y culturalmente universales”.
Traduciendo un poco esto, y teniendo en cuenta la imagen anterior, significa que las emociones justamente coordinan nuestro comportamiento y además vemos que su afectación en el cuerpo es culturalmente universal (como le afecta a alguien el enojo da igual si es una persona de Uruguay, si es español, japonés, chino, coreano o estadounidense). La cultura sí tiene que ver en cómo aceptamos o no aceptamos ciertas emociones o ciertas acciones.
Además, esto se une al hecho de que, como se sabe hoy día, cuando tú vas a tomar una decisión (y esto se mide poniendo electrodos en la cabeza para ver actividad cerebral) se genera primero la emoción y luego se toma la decisión de forma racional. Básicamente se activa primero la amígdala en el cerebro (inconsciente, emocional, química) y luego, cuando ya la decisión ha sido tomada automáticamente, se activa la corteza prefrontal (esto se desarrolla en el curso más en profundidad). La mayor parte de nuestras decisiones en la vida son emocionales, no racionales. Utilizamos la razón para justificar una decisión que tomamos internamente y que no terminamos de comprender por qué. Si yo te pregunto cómo eliges a tu pareja tú me puedes decir “Bueno… porque tiene los mismos gustos que yo, coincidimos en un montón de cosas, además es una persona bonita…”, pero realmente en el fondo no terminas de saber por qué esa persona te atrajo de la manera en que te atrajo, cuando hay otro montón de personas que también cumplen esas características, pero no te gustan de la forma que te gusta ese alguien en particular. Así funciona todo: si te compras un auto, si decides tener hijos, si eliges la carrera que vas a estudiar, etc. Si bien hay cosas que sopesamos racionalmente y ponemos pros y contras en una balanza para decidir, al final hay una emoción subyacente detrás que es la que impulsa esa decisión. Esto no quiere decir que dicho mecanismo sea malo o bueno, es justamente un mecanismo natural, pero mal llevado nos deja a merced de nuestra irracionalidad, por eso es importante desarrollar CONSCIENCIA.
En la imagen anterior puedes ver algunas de las emociones principales (ira, miedo, disgusto, felicidad, etc.), pero en este estudio se midieron muchas más. Puedes ver en la imagen que las áreas con colores cálidos son las áreas del cuerpo que se activan con cierta emoción, por ejemplo, la ira. Podemos ver cómo se activa todo el tronco hacia arriba inclusive la cabeza. En el caso de la felicidad vemos cómo activa todo el cuerpo; la depresión cómo nos enfría cómo, la vergüenza, la envidia, la neutralidad, y así muchas más. Esto es increíble porque realmente esta investigación nos muestra cómo nuestra emocionalidad afecta a nuestro cuerpo, y eso que aquí se muestra cómo se activa el cuerpo pero no se está explicando los químicos que hay detrás de cada estado, y eso también es importante. Por ejemplo, se puede decir al ver la imagen que la ira activa bastante del cuerpo y que la felicidad también, sin embargo los químicos que hay detrás no son los mismos en un estado que en otro; con la ira vas a tener cortisol y vas a tener adrenalina (sustancias que en exceso causan mucho daño en el cuerpo, deprimen el sistema inmunológico, estresan el corazón, entre otras cosas), mientras que la felicidad genera endorfinas, ayuda a distender los músculos, fortalece el sistema inmunológico, disminuye los niveles de estrés, entre otras cosas.
Volviendo al punto de que no somos un ente unitario, sino que somos una masa de células independientes (e interdependientes), comprender todo lo expuesto antes nos ayuda a entender cómo nuestra emocionalidad mata o fortalece nuestras células, en consecuencia nuestros tejidos, órganos y sistemas. Pero no somos conscientes de ello. Tú ahora lo sabes, lo has leído, tienes los datos y las fuentes de los estudios, pero no eres consciente. Tu corteza prefrontal lo entiende, lo razona, pero tu amígdala no. Hay que entrenarse para interiorizar las cosas, como aprender a leer (si yo te pongo una palabra enfrente la leerás aunque no quieras, porque leer ya es algo que forma parte de tu estructura), aprender a conducir, o cualquier habilidad que tengas hoy incorporada.
Quiero que tengas en cuenta este mapa de las emociones porque tus enfermedades físicas en el cuerpo tienen mucho que ver con esto. Si todos los días estás enojado, aunque no explotes de ira, pero todos los días te molestas por cosas (pequeñas o grandes), te estresas (por tu jefe, tus hijos, tu pareja, la gente en el tránsito, etc.) año tras año, tras año, tras año, después de 20, 30 o 40 años habrás desarrollado un problema en el corazón que puede llegar al punto en que incluso te lo tengan que sacar y poner uno nuevo. ¿Cómo se afectan tus neuronas, tus células del corazón, tus células del hígado, las del páncreas, las de los pulmones? Sé consciente de cómo es tu existencia y de cómo todo opera en ella. Sé consciente de las ‘semillas’ (segunda revelación) que plantas en tu mente y en tu emocionalidad, porque éstas determinarán los resultados que alcanzarás en tu vida, no solo por tu salud física y mental, no solo por tu predisposición a la acción y los efectos en tus relaciones, no solo por tu toma de decisiones, sino incluso también porque eres parte de un sistema mucho más amplio, y todo esto te ubicará en un lugar o en otro de dicho sistema.
Los niveles de consciencia de David Hawkins
La definición del Psicólogo Daniel Goleman y las investigaciones del Neurocientífico Lauri Nummenmaa se unen y, desde mi punto de vista, ratifican lo que el Psiquiatra e investigador David Hawkins estudió hace mucho tiempo, pero que no contó con el apoyo científico necesario para extenderse en la comunidad. Hawkins elaboró una escala de vibraciones según las emociones predominantes en la vida de una persona, aludiendo a que dicho estado determina qué tan plena o tan miserable termina siendo la experiencia de cada quién. Si quieres tener más detalles de su investigación tendrás que leer su libro El poder contra la fuerza, o más aún, Trascender los niveles de consciencia, donde explica todos los experimentos y métodos que utilizó para elaborar dicha escala y analiza en detalle cada nivel de consciencia. En el curso de Inteligencia Emocional trabajamos desde estas bases. Asimismo, aquí te enseñaré las bases para que puedas comenzar a aplicar esta información y abordar el cambio.
Hay emociones que podríamos llamar negativas y otras positivas según la frecuencia con que vibran y los efectos que generan en el cuerpo. En sí, ninguna emoción es negativa o positiva, cada emoción es eso, una emoción y ya, y cada una tiene una razón de ser y de existir. El problema es la predominancia de cada una lo que termina por afectarnos en todos los aspectos de nuestra vida. Según la energía cada emoción genera (ten en cuenta que esta revelación nos trae ese precepto), será nuestra ubicación en el sistema del que formamos parte y, si se quiere, atraeremos ciertas situaciones y circunstancia acorde a esa energía. La escala de Hawkins va de mayor a menor, tal como te muestro en la siguiente tabla. Las emociones de más alta frecuencia (positivas) están arriba, descendiendo hasta llegar a las emociones de más baja frecuencia (negativas). Desde la iluminación hasta la valentía estaríamos en niveles “positivos” o de poder, y desde el orgullo hasta la vergüenza estaríamos en niveles de esfuerzo y lucha:
Como puedes ver la vergüenza representa la vibración más baja, asociada a la humillación y una visión de la vida como miserable. Si piensas en las veces en tu vida que realmente te sentiste avergonzado/a o humillado/a, seguramente te darás cuenta de lo feo que se siente, incluso uno se cubre el rostro o lo oculta como queriendo desaparecer. Más arriba está la culpa, una de las emociones que más divanes ha llenado a lo largo de la historia.
La cosa se pone muy interesante a partir del amor, que tiene una valoración de 500 en esta escala. Cuando obras con amor o sientes amor por alguien estás en una de las mayores vibraciones. Sin embargo, por encima del amor está la alegría. Imagínate que alguien llega con un regalo que realmente querías, una sorpresa, o lograste algo que esperabas hace mucho tiempo, como recibirte en tu carrera o aprobar un examen super importante. La gente salta y grita, sonríe y hasta llora. Si estuvieras siempre en un estado como ese tu vida sería casi luz pura y la iluminación estaría a la vuelta de la esquina. Por encima de la alegría está la paz, que ya requiere bastante trabajo para sentirla realmente. Finalmente está la iluminación.
Hawkins propone que prestemos atención a las emociones predominantes en el día a día y procuremos ir cambiando el foco de las que están más bajas en la escala a las más altas. Esto requiere terapia en la mayoría de los casos, no es tan simple de aplicar, pero totalmente posible si se intenta con la dedicación y disciplina necesarias. También Hawkins indica que los niveles inferiores (del orgullo hacia abajo) están en el plano del esfuerzo, es decir que la vida se nos hace una lucha constante, mientras que los niveles superiores (de la valentía en adelante) están en el plano del poder, donde las cosas ya no son un esfuerzo y se vuelve nuestra naturaleza progresar y tener una existencia plena.
Evita la zombificación
Cuando nosotros, aunque sepamos las cosas cognitivamente (con nuestra razón, capacidad de pensamiento y lógica) no interiorizamos en lo que aprendemos, cuando nos mantenemos a merced de nuestra voluntad ciega, de nuestros impulsos y nuestras compulsiones, cuando somos manipulables y esclavos de nosotros mismos, nos mantenemos en un estado al que el filósofo Nietzsche llamó el estado del camello. Es el estado del que acata órdenes y no cuestiona, o incluso aunque cuestione termina obedeciendo al resto, a la masa, a sus compulsiones internas, a su parte inconsciente. Es el que no piensa de forma genuinamente crítica y no se atreve a comportarse de manera diferente para avanzar solo por miedo a la crítica ajena (recuerda el poder del querer pertenecer que hablamos en la revelación anterior). Es lo que le sucede a la gran mayoría de las personas. Es el miedo quién domina, tal como David Hawkins mencionó:
“El miedo es tan pandémico en nuestra sociedad que gobierna el mundo”.
Todo esto se amplifica más con las redes sociales, ya que nos secuestran completamente. En vez de mejorar la situación la hemos empeorado. Pero aquí viene el siguiente estado, el estado del león, que según Nietzsche es el que le sigue al de camello, es el de una persona que va a su manera, no sigue órdenes ni se inclina ante nadie. Es el segundo estado en la evolución del ser. Pero cuidado, puede llevarte a la arrogancia, a no querer escuchar aportes, a la ilusión de escapar al rebaño cuando en esencia sigues a merced de él. Estamos en un estado de zombificación:
Según Friedrich Nietzsche, el tercer estado en la evolución del ser es el niño. Primero tenemos el camello, que va como autómata siguiendo las reglas y paradigmas prestablecidos en la sociedad, sin cuestionar nada, como un zombi. Cuando superamos ese estado pasamos al del león, en dónde cuestionamos todo y decidimos ir a nuestra manera, saliendo de nuestra zona de confort y recreando nuestros valores y nuestras creencias. Este tránsito puede durar un buen tiempo, dependerá de cada persona. Finalmente, el león pasará a ser un niño, porque el niño simboliza el nuevo comienzo, dónde el ser empieza de cero, se redefine por completo y ahora sí, crece de la forma en que él quiere crecer.
Evita la zombificación y toma las riendas. Está en ti. En nadie más.
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